martes, 2 de mayo de 2017

Pepe

28 de mayo de 2016
Ese es el nombre del habitante de mi cráneo.

¿Por qué Pepe? ... no lo se, sólo se que un día mientras pasaba una y otra vez las imágenes del MRI. Observaba su forma, el espacio que ocupa dentro de mi cabeza, su orientación que lastima mi ojo y así de la nada  sentí la necesidad de nombrarle, "el Pepe"... mi Pepe.

Es raro en mí que acepte cosas sin razonar, pero cuando me dijeron de la existencia de Pepe lo acepté rápidamente.

Era la solución a todos los malestares que me han acompañado en mi vida. Hice remembranzas para encontrar desde cuando él estaba conmigo ¡imposible de saber! Sólo lo acepté y descansé de saber que Él es el culpable de mis repentinos hundimientos.
¿Por qué le he puesto Pepe? ¿por qué ese nombre? 
Se leerá raro, macabro, dañado; pero un habitante de mi cabeza, se merece tener nombre. Sobre todo si después de retirarle mi hospitalidad, se lleva con Él parte de mi desbordada personalidad, producto de mi mal funcionamiento glandular.

Aunque también podría ser que Pepe,  nada tenga que ver con mi otro "mal de la cabeza" y que una vez que abandone su habitación yo siga igual de desbordada.

Esta bien Marcia, ya justificaste por qué le has puesto nombre, pero ¿Por qué Pepe?.
La pregunta seguía haciendo eco en mis pensamientos.

Ayer tuve una epifanía, de esas que ocurren cuando las neuronas hacen sinapsis aleatorias, pasan del pensamiento inconsciente al consciente e irrumpen fuertemente en la cabeza:
Cuando un científico o investigador descubre una estrella, teoría o huracán suelen llamarle con su nombre. El nombre de su descubridor. 
José es el nombre del médico que hizo el hallazgo. En el subconsciente mi mente eligió que debía nombrarle Pepe (de cariño) y así fue, su nombre es Pepe.


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